miércoles, 22 de mayo de 2013

la pelicula Un Dios prohibido


Ciudad del Vaticano,   

La película española "Un Dios prohibido" fue preestrenada ayer en Roma ante las presencia de casi 300 personas. Al evento acudieron los cardenales Saraiba, Cañizares y Santos Abril, monseñor Celso Morga, secretario de la congregación por el Clero, monseñor Jorge Mario Raigosa y el ministro consejero de la Embajada Española en la Santa Sede, además de superiores de distintas congregaciones. Varios miembros de la familia claretiana, el superior general, Josep María Abella también se encontraban entre los asistentes.
Antes de comenzar la proyección, el director, Pablo Moreno y el actor Jacobo Muñoz presentaron esta historia de amor y perdón. Es una producción de Contra Corriente producciones, una empresa joven de Ciudad Rodrigo (Salamanca) que nace con vocación social elaborando productos ricos en valores humanos.
ZENIT habló con el director y contó que el proyecto surgió en el 2011 cuando Juan Carlos Sánchez y él fueron invitados a Barbastro para dar una ponencia sobre evangelización y nuevas tecnologías, departamento del que forman parte en su diócesis. En una de las visitas, acudieron al museo de los mártires de Barbastro y pensaron "aquí hay una película".
Sobre la documentación de la película explicó que el guionista, Juanjo Díaz Polo, tomó muchas fuentes distintas y se basaron sobre todo en un libro que se llama "Esta es nuestra sangre" de Villegas, que es la gran referencia, ya que narra con bastante detalle lo que fueron aquellos hechos.
Por ser un tema controvertido, reconoce que son conscientes de las reacciones que puede haber. Pero el director matiza que han enfocado la película desde la perspectiva del perdón, no importa tanto quien mata, quien dispara, sino por qué muere. Por eso les interesaba apartar los fines políticos para escribir una verdadera historia de amor, de esos 51 jóvenes con su vocación y que dan su vida por Cristo.
Pablo Moreno, afirma que ha sido un gran reto, una apuesta y que además hay "algo de espiritual en esto".  Así mismo, hacer el primer test de la película en el "corazón de la cristiandad" les servirá para conocer la primera reacción del público.
En la mañana de hoy, un equipo de la película asistirá a la audiencia general del papa Francisco. Está previsto que el director, Pablo Moreno, le haga entrega de la primera copia de esta película al santo padre.
Además, ayer mismo se ha confirmado la proyección de "Un Dios prohibido" en Río de Janeiro, durante la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud. Esta actividad se incluirá dentro del programa de la JMJ 2013 y tendrá lugar el próximo 25 de Julio.
La historia que narra la película se remonta a agosto de 1936, en el inicio de la Guerra Civil española. Protagonistas de la historia los miembros de la comunidad claretiana de Barbastro (Huesca) que fueron retenidos y finalmente, 51 de ellos fusilados a causa de su fe.
Durante su detención realizaron diversos escritos donde narraban como vivieron su cautiverio y este testimonio escrito ha sido básico para la documentación de esta producción cinematográfica.
La casa de la comunidad claretiana fue asaltada el 20 de Julio de 1936 por milicianos revolucionarios. Los tres padres superiores, el prefecto y el ecónomo fueron arrestados. El resto de claretianos fueron trasladados al colegio de los padres escolapios, donde fueron encerrados en el salón de actos.
Los carceleros buscaban la apostasía de los jóvenes aspirantes a sacerdotes, que renunciara a su fe y se unieran a su bando para luchar, pero lo intentos fueron en vano. En esos días, también el obispo Florentino Asensio, fue torturado y asesinado. Los seminaristas claretianos argentinos que fueron liberados por ser extranjeros, fueron los encargados de llevar a Roma la historia del martirio de Barbastro. Los Mártires de Barbastro fueron beatificados por el papa Juan Pablo II el 25 de Octubre de 1992.

star trek

Star Trek En la Obscuridad







Título en inglés: Star Trek Into Darkness

Reseña:
El Capitán Kirk debe perseguir en el espacio interestelar a un hombre que ha causado un gran daño en la flota y en La Tierra.
El Capitán Kirk (Chris Pine), rompe algunas reglas con el objetivo de salvar la vida del Señor Spok (Zachary Quinto), y al regresar a casa recibe un severo castigo, es degradado, le quitan el mando del “Enterprise” y, justo cuando se dispone a zarpar a una nueva misión, los comandantes de la flota son víctimas de un terrible atentado que debilita la organización que vigila la paz interplanetaria. Esto pone en riesgo La Tierra y obliga al almirantazgo a recurrir a los servicios de Kirk, que es puesto nuevamente a cargo del “Enterprise” y es enviado al espacio profundo en busca de Khan (Benedict Cumberbatch), un sujeto brillante, modificado genéticamente y que en sí mismo es un arma de destrucción masiva. La historia avanza con revelaciones interesantes que involucran a otros personajes como Christopher Pike (Bruce Greenwood), Uhura (Zoe Saldana), Scotty (Simon Pegg), Bones (Karl Urban), la Dra. Carol Marcus (Alice Eve), Sulu (John Cho), Chekov (Anton Yelchin) y el cameo breve, pero muy importante para la historia, del Sr. Spock original (Leonard Nimoy) ya anciano.
Con un excelente trabajo, el director J.J. Abrams sabe balancear una buena historia con la acción y los efectos especiales. En el centro de la narrativa está la disyuntiva tan antigua y tan actual en torno a la eficiencia a costa del equilibrio interior, las reglas por encima del libre albedrío y el sometimiento ciego a las leyes a costa de la propia humanidad. Un conflicto que se extiende al “villano” y que nos hace pensar en otro dilema de hoy, el que concierne a la manipulación genética para la creación de superhombres, por supuesto, en busca de seres más “eficientes”.
Es interesante ver cómo la cinta nos presenta personajes que, a pesar de las presiones y expectativas de un entorno que sobrevalora el desempeño, es la calidad humana que hay en cada uno de ellos lo que los hace empáticos, atractivos e incluso heroicos. Esto se observa aún en el villano, de tal manera que podemos entender sus motivaciones para actuar. En el caso del Sr. Spock, esta encrucijada aporta una buena dosis de humor a la historia. Las actuaciones son buenas, apoyadas en un guión excelente coescrito por el mexicano Roberto Orci y sus colegas Alex Kurtzman y Damon Lindelof y la música estupenda de Michael Giacchino. Hay temas valiosos como el liderazgo, el trabajo en equipo y el sacrificio personal en beneficio de la comunidad. Debido a la violencia, personajes con motivaciones obscuras y una insinuación sexual breve no es apta para niños pequeños.
Director: J.J. Abrams
Intérpretes: Chris Pine, Zachary Quinto, Benedict Cumberbatch, Zoe Saldana, Simon Pegg, Karl Urban, Leonard Nimoy, Peter Weller.
Año: 2013, Paramount Pictures
Género: Ciencia Ficción / Acción / Aventura
Densidad de Contenidos Específicos:
Lenguaje ofensivo: Media
Violencia: Media
Sexualidad/Desnudos: Baja
Clasificación MPAA*: PG-13 (Los padres son fuertemente prevenidos de dar una guía especial y atender a niños menores de 13 años; algún material puede ser inapropiado para ellos.)
*MPAA: The Motion Picture Association of America

lunes, 6 de mayo de 2013

Pelicula Tom Boy

''Tom Boy''
En esta historia los niños descubren que sus decisiones tienen consecuencias

 Ofrecemos la crítica cinematográfica de la película Tom Boy, firmada por Enrique Chuvieco en Pantalla 90, la publicación dedicada al cine por la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación de España.
*****
El mundo infantil es el objetivo de la cámara de la directora francesa Celine Sciamma en Tomboy, tras haber narrado en sus anteriores cintas (Water Lilies Pauline) retazos de la adolescencia con sus protagonistas.
Tanto en aquéllas como en la nueva propuesta de la realizadora gala, los padres son cuasi espectadores en donde se mueven unos niños con sus juegos y su modo personal de comunicarse y de actuar.
Con sencillez, la mirada infantil de los pequeños protagonistas nos conduce a su mundo personal, en el que hay formas de comportarse muy distintas a las de sus progenitores. Juegos que son cándidas trasgresiones para quienes las ejecutan, como la de Laure (Zoé Héran), una niña que querrá ser niño (Mickäel) cuando, junto con sus padres y hermana, se mudan a una nueva urbanización. Sin que nadie sospeche, se vestirá y tendrá el comportamiento de un varón ante sus nuevos compañeros de juegos. Así conocerá a Lisa (Jeanne Dixon), que le introduce en el grupo de las distintas razas en una Francia multicultural, y se enamorará del “nuevo amigo”.  Pero la realidad, romperá el atrevimiento de Mickäel/Laure cuando su madre le obligue a enfrentarse con las consecuencias de sus acciones y le reclame una postura veraz.
Aquí la directora, también guionista, opta porque Laure (por medio de la madre) encare el resultado de su proceder y reclama de su libertad una decisión acorde con el mal infringido.
Éste es uno de los grandes aciertos de Tomboy, una propuesta cinematográfica sencilla en su planteamiento, en su metraje (87 minutos) y en la naturalidad para entrar en el mundo infantil sin prejuicios. Otro, es la actuación natural de los niños, como el de la hermana pequeña de Laure, Jeanne (Malonn Lévana). Son deliciosas algunas escenas de la perfecta complicidad de ambas hermanas, celosas de su intimidad compartida, hasta dejar fuera a sus padres -auténticos convidados de piedra-, respetuosos con la relación de las pequeñas.
Así lo quiere Céline Sciamma, quien ya manifestó en trabajos anteriores sobre adolescentes que prefiere separar las generaciones “para no abordarlas superficialmente y para evitar el arquetipo de la película de adolescencia, donde los padres personifican una especie de ley, de moral, con escenas estereotipadas de rebelión”.
Tomboy rezuma una naturalidad que la puede hacer daño de cara a la taquilla, máxime cuando estamos demasiado acostumbrados a la artificiosidad de los niños de Hollywood, y, por otro lado, plantea una trama sin historias paralelas y carente de otros elementos dramáticos, aparte del descrito anteriormente.
Lo relevante está en el ámbito educativo, pues apuesta por tratar a los niños como personas que van descubriendo que sus decisiones tienen unas consecuencias de las que tienen que hacerse cargo personalmente, en compañía, eso sí, de sus padres, que en ningún caso les ahorrarán el sacrificio de caminar por la verdad.