lunes, 30 de septiembre de 2013

Pelicula No se aceptan Devoluciones o Instructions not Included

Comentario de la Pelicula "No se aceptan devoluciones".


El primer  fin de semana de septiembre  llegó la esperada primera película de Eugenio Derbez, No se Aceptan Devoluciones, precedida de un fuerte dispositivo publicitario y de un resonante éxito de taquilla en Estados Unidos.

La película emplea casi todos los elementos que se podrían esperar de Derbez: una historia previsible, que apela a los resortes del humor ya probados, pero con un incesante ritmo narrativo, unos breves toques de melodrama y muchos hallazgos ingeniosoe trata de una película en la que Derbez, aunque debutante como realizador, exhibe su sólida formación en el mundo del cine y se muestra capaz de contar su historia como un hábil narrador.
La anécdota ya ha sido contada en muchas películas: Valentín Bravo (Eugenio Derbez) es una especie de lanchero acapulqueño del siglo XIX, mezcla de Don Juan y gigoló, cuyo “catálogo” de conquistas incluye desde señoras mayores a lobitas chilangas o gringas en furor tropical.

Tiene un miedo patológico al compromiso amoroso. Sin embargo, deberá “comprometerse” a fuerzas cuando una de sus conquistas regresa un año después y le deja a una bebé, Maggie (Loreto Peralta), a la que deberá cuidar y con quien se embarca en un viaje a Estados Unidos como indocumentado en busca de su madre (Jessica Lindsay).
Es obviamente una versión actual del clásico The Kid, de Chaplin, y hasta de Nosotros los pobres, con una Chachita y un Pepe el Toro más actuales, aunque hay que agradecer que Derbez despacha la historia sin hacer hacer paradas muy largas en los puntos melodrámáticos, ¡como sí lo hicieron Chaplin e Ismael Rodríguez!

Pero si Derbez le huye al melodrama en nombre de la comedia ligera, también escapa de la comedia de albures, que paradójicamente hoy se permite en la televisión pero parece estar terminantemente prohibida en el cine “familiar”.
Derbez está determinado a demostrar que conoce bastante de cine, y desde el inicio apunta a una genealogía fílmica que alude al cine “popular” mexicano, con Huglo Stiglitz como el papá “duro” del protagonista que lo somete a crueles pruebas de valor, un modelo imposible de cumplir por la alta exigencia que implica y que parece una declaración de intenciones al hacer un cine para el “gran público”.

La película abunda en referencias para los fanáticos del cine, como un sketch a cargo de Jesús Ochoa en el papel de sí mismo, donde se burla del cine “exquisito”. Sin dejar de lado el Acapulco de Mauricio Garcés, referencias a Cuarón o Del Toro y hasta la aparición sorpresa de personajes del cine popular.

Esta serie de guiños a los cinéfilos, que por cierto incluye dos veces la escena del parque de Kramer contra Kramer (Benton, 1979), hacen que la película resulte plena de hallazgos. Por supuesto, el catálogo de películas de “papás solteros con hijitas adorables” debe incluir a la genial Luna de papel (Bogdanovich, 1973).
A fin de cuentas, lo mejor de Derbez es la creación de personajes y de escenas cómicas, y es allí donde No se aceptan devoluciones nuestra sus mejores cartas, más que en la película como totalidad.

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